Un fin de semana entre animales y charlas viajeras

El pasado fin de semana tuvo lugar en Vinyols Camp (Tarragona) el Primer Encuentro de Familias en Ruta y aprovechando que en Madrid teníamos dos días de fiesta, fuimos para allá unos días antes del evento, así tuvimos tiempo de hacer algunas visitas que teníamos pendientes por la zona. Enseguida conocimos a Max que andaba por allí ultimando los preparativos,  tras tantos twits, e-mails y cometarios en los blogs me alegró poder saludarle en persona y así desvirtualizarnos. Indira enseguida se puso a jugar con su peque Saüc, de la misma edad, con todos los juguetes que proporcionaba el camping.

Familias en Ruta organizó una buena agenda de charlas viajeras, comenzando con el viaje que ellos realizaron unos años atrás por Ecuador, Panamá, Nicaragua y Costa Rica, con su hija Lluna. Conocimos no sólo su ruta sino también un par de proyectos educativos en estos países de lo más interesante. Otras charlas que se dieron fueron acerca de un viaje por las granjas Woofer de Europa, viajes organizados a Marruecos en familia, varias vueltas al mundo, intercambio de casas o el viaje a Holanda de Pili y familia de Bienvenidos a Lilliput. No pude asistir a todas las que me hubiese gustado porque también me apetecía compartir con mi peque esos juegos en el jardín o ir a ver a los animales del camping con ella, era la primera vez que estaba con animales de granja y  fue toda una aventura.

Durante todo el encuentro se situó una haima saharaui en el recinto, donde ofrecían té y hacían cuenta cuentos y juegos. En uno de los bungalows de madera la juguetería Lu2  propuso divertidos juegos de mesa para niños a partir de 3 años. No participamos en ninguno porque nuestra peque aún es muy joven para estos juegos, pero por lo visto fueron todo un éxito entre la chiquillería, al igual que los juegos de mates entre 3 y 6 años. También había talleres de actividades como reciclaje y una zona con columpios con muchos juguetes donde los más peques pasaban la mayor parte del tiempo. E hubo incluso quienes se pegaron un baño en la piscina del camping, ¡qué valientes!

El lugar, el Camping Vinyols Camp,  fue todo un acierto, comenzando por los bungalows de madera donde nos alojamos. Cuando nuestros hijos son muy chiquitines estos bungalows son más cómodos que las tiendas de campaña (cuando sean algo mayores seguro que las tiendas les divierten más) y más calentitos, pues por la noche hacía algo de fresco. Además nosotros fuimos la familia al completo, con nuestro hurón, Trufa, en una jaulita de viaje y allí en la pequeña casita de madera también había sitio para ella. El camping admite mascotas, siempre y cuando los dueños sean responsables, hubo un pequeño incidente con un perro juguetón que atemorizaba a los gatos del camping, que se resolvió sin problemas. Y es que el lugar estaba lleno de animales y eso es una de las cosas que más gustó a los peques.

Había un estanque con ranas a las que se oía croar en la distancia, según te ibas acercando se callaban o las escuchabas chapotear en el agua. Un burrito gris con cara de buen chico y un caballo bien anchote, casi percherón se dejaban acariciar por todos los niños y montar en su lomo para la foto de rigor que todos los niños querían. El pony que vivía con ellos hizo menos migas con los chavales, pues tenía muy mala uva. El sábado por la mañana montaron un carrito tirado por este pony y dieron una vuelta a los chiquitines por el recinto, todos bajaban emocionados. También había en el camping un par de ocas, gallos y gallinas, que aunque tenían su corral se escapaban para deambular por todo el centro en busca de comida. Por las tardes los niños podían alimentar a las gallinas echándoles el grano o poniéndolo en la propia palma de la mano para que lo picaran de ahí. Aunque no hacían daño, las gallinas eran poco cuidadosas y al primer picotazo en la mano para comer, Indira se asustó y le tiró todo el grano al suelo.

El domingo el evento continuaba, e incluso había una paella de comida a la que me quedé con ganas de hincar el diente, pero nosotros nos fuimos tempranito, pues teníamos un largo viaje de vuelta y tenemos comprobado que nuestra hija viaja mejor por la mañana, por la tarde no hay quien la ate a la sillita del coche, así que ella manda.

Me encantó en este encuentro poder reunirme con dos colegas viajeras y blogueras, Pili de Bienvenidosalilliput.com, (a quien ya conocía de Fitur)  y Sandra de Myfamilypassport.com con quien había intercambiado mensajes y aquí pudimos conocernos en persona y también presentar a nuestras respectivas proles. Intercambiamos muchas experiencias de viajes, ideas y quizás algún proyecto de futuro, pero sobre todo entablamos una buena amistad que espero que dure mucho tiempo.