Acabamos de volver de nuestro viaje #GulliverInScotland en el que hemos descubierto preciosos paisajes montañosos salpicados de inmensos lagos y hemos conocido las principales ciudades escocesas. Una parte importante del viaje, especialmente cuando vas con niños es el alojamiento, encontrar un lugar en el que te sientas cómodo y descanses bien para poder afrontar al día siguiente una jornada de visitas y juegos con los peques. En este aspecto, Escocia tiene una buena variedad de alojamientos aunque eso sí conviene verlo con bastante antelación, pues no suele salir barato alojar a toda una familia y muchos sitios enseguida se llenan.
Os voy a contar los tipos de alojamiento que podéis encontrar en estas tierras porque son de lo más variopinto y seguro que entre tanta variedad encontráis el que encaja con vuestro viaje:
Apartamentos: si vais a pasar varios días en un mismo sitio, especialmente cuando se trata de una ciudad, yo recomiendo un apartamento, pues suele tener todas las comodidades que buscamos cuando viajamos con nuestros pequeños. En Internet podéis encontrar agencias locales de apartamentos de alquiler vacacional o páginas web internacionales de apartamentos de particulares. En Edimburgo, nosotros reservamos a través de Home Away un apartamento con mucho encanto justo detrás del castillo, en un edificio de 200 años reformado. Tenía 2 habitaciones y en el salón una chimenea y un piano, con el que descubrimos que tenemos una pequeña Beethoven en casa. Nos encantó el tipo de construcción victoriana, con los techos muy altos y grandes ventanales. La única pega era subir el carrito hasta un segundo piso sin ascensor.
En Glasgow optamos por un apartamento muy modernito justo entre el centro de la ciudad y el río Clyde. Este lo reservamos a través de booking.com. se trataba de un piso 11, esta vez con ascensor por supuesto, tenía 3 habitaciones, 2 baños y hasta parking. Lo mejor de este apartamento era la cristalera del salón que te proporcionaba unas preciosas vistas del río, con los puentes iluminados al ponerse el sol (esto en junio eran más o menos las 11 de la noche) y unas camas y edredones tan cómodos que parecía que dormías entre nubes.
Albergues: algunos se piensan que son sólo para jóvenes, pero no es así, puede usarlos todo el mundo, incluso hay carnet de alberguistas para familias. Con este carnet te hacen descuento en los albergues que pertenecen a la asociación Hostelling Scotland. En mi opinión, los que están dentro de esta asociación son los mejores. Hay alojamientos de este tipo por toda Escocia. Nosotros nos quedamos en uno de ellos en Inverness, cogimos una habitación para los 6. Suelen tener cocina para huéspedes, a veces incluso tienen restaurante o bar, lavandería e incluso juegos de mesa y son un alivio para el bolsillo, pues suelen salir más baratos que otros tipos de alojamiento. También nos alojamos en un albergue que no pertenecía a esta asociación, en la Isla de Skye, pero de este no os hablaré porque no nos acabó de convencer.
Castillos: teníamos el capricho de dormir en un castillo. Hay unos cuantos a lo largo de todo el país que han sido reformados y transformados en hoteles. Nosotros nos dimos un homenaje en el Castillo de Glengarry, entre Fort Augustus y Fort William. Es un precioso edificio con pradera a su alrededor a los pies del lago Oich. Los abuelos dormían en el ala oeste y nosotros en una habitación familiar a la que se accedía a través de largos pasillos y escaleras llenos de cuadros de esos que te miran. El castillo contaba con un tranquilo salón donde poder sentarse a leer, tomar un whisky o jugar los niños, eso sí sin armar mucho escándalo, pues los demás huéspedes, además de ir sin niños, parecían un poco estirados. El restaurante tiene platos muy elaborados de cocina de autor que merece la pena probar. Una pena es que este castillo no tenga fantasma, pues muchos de ellos sí lo tienen y eso siempre le da al lugar un halo misterioso.
B&B (Bed and breakfast): para el que no conozca esta modalidad, los B&B son casas particulares en las que te alquilan una o más habitaciones y te dan desayuno. Siempre he oído hablar muy bien de ellos aunque todavía no los he probado (ni siquiera antes de tener niños). En esta ocasión era complicado porque éramos 6 los viajeros y normalmente son casas de 1 o 2 habitaciones. Si vas en pareja o con un niño pequeño, muchas veces no es necesario reservarlos (si no es temporada alta) ya que según te vas moviendo por los pueblecitos ves estas casas, se identifican fácilmente porque en sus puertas hay carteles con un Vacancies o No Vacancies para indicar si tienen habitación libre o no.
Cabañitas en un camping: buscando todo tipo de alojamiento descubrí los Wigwam Holidays, unos camping por todo Reino Unido con cabañitas de madera en forma de tiendas de campaña, aisladas del frío y con calefacción que se pueden usar tanto en invierno como en verano. La mayoría de las cabañas no cuentan con baño ni cocina, estos se encuentran en otros edificios dentro del recinto, como en los clásicos campings. En estas cabañas se puede alojar una familia. Muchos de estos camping además son granjas donde puedes ver a los animales o tienes zonas de juegos infantiles. Son lugares perfectos para practicar deporte al aire libre y disfrutar de la naturaleza. Me gustaron mucho aunque no nos alojamos en ellos porque con un bebé no sabía si me resultarían cómodos, aparte hay que llevar todo el material de camping (sacos de dormir, platos, tazas…) y ya llevábamos las maletas bastante llenas. Así que me guardo estos sitios para dentro de unos añitos, quizás sea chulo recorrerse Escocia alojándose de uno a otro.

Hoteles: por supuesto podréis encontrar hoteles a lo largo de toda Escocia, especialmente en las principales poblaciones, muchos de ellos tienen habitaciones familiares. Nosotros curiosamente no optamos por esta modalidad hasta la noche antes de volver. Nos alojamos en un hotel cerquita del aeropuerto, para tenerlo más a mano.
En Escocia se pueden encontrar otros lugares curiosos donde alojarse como iglesias, faros, molinos, vagones de tren… Puede ser toda una experiencia para los niños, pero miradlo con tiempo para aseguraros disponibilidad.
En todos los alojamientos donde nosotros estuvimos nos pusieron cuna para Sam, así que viajar con bebés no supone ningún problema en Escocia.
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Podéis comenzar a organizar vuestro viaje desde aquí:
Para ir a Escocia con peques, la verdad, nosotros nos dejamos llevar por la magia de los castillos que se abren a la opción que mencionais, la de B&B.
Algunos nos dieron unas sorpresas «mágicas» y ElMayor disfrutó de lo lindo, siempre nos acordaremos de MinardCastle y los fantasmas de la habitación, que no eran más que las poleas de la tremenda puerta de nuestra habitación… de lo más divertido.
¡¡Con ganas de volver después de leeros!!
Menuda aventura con el fantasma!Siempre es un destino al que apetece volver. Un abrazo Pilar!
¡No tenía ni idea de que existiese la opción de dormir en castillos! Esto debe ser lo más impresionante en unas vacaciones con niños. Bueno, y también para los adultos, que si no somos de la realeza creo que quedaremos tanto o más impresionados que los niños en el tema del alojamiento.
A nosotros nos encantó la experiencia y el que volvió más omocionado fue… el abuelo! Merece la pena probarlo, aunque sea más caro que otros alojamientos. Un abrazo!
Hola. Nosotros tambien tenemos pensando ir este verano.
Visitasteis alguna destileria con peques?
No se si vale la pena ir y si dejaran entrar a los niños?
En Talisker (en la Isla de Sky) no dejaban entrar a los niños, lo visitaron mi marido y mi padre. Pero en Edimburgo al lado del castillo hay una visita preciosa (The Royal Scotch Whisky experience), no es una destilería pero te muestran toda la historia y cultura del whisky de una forma muy amena y ahí sí pueden entrar los niños. Os la recomiendo!