Nacimiento del Río Cuervo

Uno de los principales atractivos de la Serranía de Cuenca (aunque la propia Sierra ya es atractivo suficiente) es el nacimiento del Río Cuervo. Este rinconcito se ha hecho muy popular y no hay quien no haya oído hablar de él. Yo ya había estado de pequeña con mis padres y de jovencita hace unos cuantos años. Tratándose de un precioso lugar en medio de la naturaleza con saltos de agua y un paisaje de cuento era inevitable acabar yendo con mis propios hijos.

Visitamos el Nacimiento del Río Cuervo en Semana Santa, en esta época hacía bastante fresquito, pero había bastante agua de todo el invierno, así que era un momento muy propicio. Aunque estoy segura de que con todo lo que ha llovido esta primavera ahora está todavía más hermoso. Es una ruta cortita de kilómetro y medio que se puede hacer tranquilamente con niños, los nuestros la disfrutaron muchísimo. El recorrido hasta las cascadas incluso podría hacerse con carrito, hay un paseo construido en madera, después comienzan las escaleras y desniveles, así que mejor un portabebés o mochila.

Hacer el recorrido tranquilamente al paso de los peques, parándote a mirar una lagartija o a tirar un palito al río es una maravilla, más aún si vas con buenos amigos con los que los niños se entretienen y no se cansan de caminar. Da gusto respirar profundamente el aire limpio de la serranía y contemplar el paisaje, es muy relajante, combate el estrés con el que algunos de nosotros llegamos a la zona.

Si miras hacia arriba los gigantescos pinos te sientes chiquitito como un gnomo en medio del bosque. Y si vuestros peques creen en las criaturas mágicas este es un buen lugar para buscar hadas y duendes entre la vegetación y el agua cristalina del río.

El lugar más llamativo para niños y mayores no hay duda que es la cascada. La roca por la que discurre el agua está llena de musgo formando unas chorreras que en pleno invierno se congelan y dejan una estampa preciosa donde parece que el tiempo se ha detenido.

En mitad del recorrido hay explanadas donde poder hacer una paradita con los niños a reponer fuerzas con un tentempié. Llevadlo en la mochila porque allí no hay nada donde comprar comida o agua. Nosotros en una de estas paradas encontramos una planicie que aún conservaba nieve del invierno y los peques se pusieron a jugar lanzando bolas contra los padres y a construir un pequeño muñeco.

Al final del camino paseas por la linde del río. Es un agua tan cristalina que aunque era marzo cuando estuvimos daban ganas de meter los pies o incluso de echar un trago. El Nacimiento del Río Cuervo es una excursión preciosa que a los peques les encantará.

Si hacéis esta ruta por la mañana, como nosotros, un buen lugar para comer después es Tragacete, a 15 km. Hay unos cuantos restaurantes, nosotros comimos y recomendamos El Gamo.