Museo de ciencia Universeum en Gotemburgo

Uno de los lugares que más disfrutamos en nuestro viaje a Suecia fue el museo Universeum, en Gotemburgo. Un centro de ciencia gigantesco donde los niños aprenden, juegan, ponen a prueba las leyes de la naturaleza y del que nosotros salimos preguntándonos, ¿para cuando un museo así en nuestra ciudad?

Nuestra visita a Universeum comenzó subiendo en un funicular la altura de 7 pisos para plantarnos en lo alto de una selva tropical con tucanes, ibis, titis y otros animales sueltos a tu alrededor. Esta parte nos recordó un poco al pabellón de la selva de Faunia en Madrid. Hay un puente colgante que los peques alucinan atravesando entre árboles y el sonido de la  selva.

En Este lado del Centro también tienen acuarios donde todos los peques van buscando a Nemo entre otras criaturas marinas como caballitos de mar, rayas o tiburones. En nuestra visita estaban haciendo un taller súper chulo para niños pero era en sueco y no nos enteramos de nada.

Vas descendiendo por el camino de la selva y cuando llegas abajo y crees que lo has visto todo (le puedes echar una  mañana entera) te das cuenta de que aún te queda la otra mitad de Universeum, que es la mejor. Hay 4 plantas y cada una tiene distintos temas científicos con los que experimentar.

En la azotea os encontraréis con los mamuts y otros animales de la prehistoria. En la tercera planta hay una zona dedicada al espacio. Este tema apasiona a los chavales y aquí pueden ver cómo es una nave espacial por dentro y conocer un poco más acerca de los viajes espaciales.

En esta misma planta está el Teknoteket, donde los niños pueden construir con bloques y hacer inventos con otras herramientas. Los chicos se entretuvieron montando un fuerte con los bloques gigantes mientras las chicas creábamos figuras en 3 dimensiones con pajitas y otras piezas que las unían. Un juego muy creativo que luego podías encontrar en su tienda.

La segunda planta se dedica a la salud y el cuerpo humano. Sin duda la zona más divertida. Tienes varios retos para poner a prueba a tu cuerpo, equilibrio, elasticidad y resistencia, como colgarte de una barra y ver quién aguanta más. Hay un cronómetro y os aseguro que los segundos pasan muy despacio cuando estás ahí colgado viendo cuál es el record del día. Mis peques se entretuvieron mucho con un puzzle gigante de las partes del cuerpo por capas: primero los órganos, luego los huesos, músculos y la piel.

En esta planta hay otra zona de experimentos (Explora) que muestra cómo se relacionan la naturaleza y la tecnología. Hay una mesa de jabón líquido con unos aparatejos bastante raros que echan aire y te permiten en la mesa hacer unas pompas gigantes muy divertidas.

En las siguientes plantas según vas bajando te encuentras la tienda y el restaurante (os recomiendo sus albóndigas) y en la planta sótano hay una zona de juegos, como si no hubiesen tenido suficiente, para que los niños jueguen a las profesiones con un barco, tienda supermercado y muchas cositas para que no quieran salir de allí nunca jamás.

Uno de los mejores museos para niños que he visto en la vida, os aseguro que en este museo también nosotros volvimos a ser niños!