Uno de los juguetes más populares en todo el mundo son los bloques de construcción de Lego. La marca danesa lleva décadas en el mercado fomentando la creatividad de los niños (y los no tan niños) y haciéndoles felices con sus piezas. ¿Y qué hay mejor que jugar con una enorme caja de bloques de Lego? Ir a conocer uno de sus parques temáticos Legoland en Alemania, muy cerquita de Munich.
El parque está dirigido al público infantil, con muchas atracciones a las que pueden subir niños muy chiquitines, Sam con año y medio probó unas cuantas. Aunque también había otras en las que Indira, con casi 4 años no llegaba a la estatura mínima. Eso sí, echamos un poquito en falta alguna atracción más intrépida, de esas en las que se te encoge el estómago cuando estás haciendo cola para subir, la mayoría son bastante suaves.
Lo que me gustó mucho es que muchas de las atracciones son interactivas y los niños pueden participar en la propia atracción: podías disparar un láser en el interior de un templo egipcio, subir a un barco y accionar unos cañones de agua para enzarzarte en una batalla por ver quien empapaba al contrario, había unos avioncitos en los que con una palanca los hacías subir o bajar, podías conducir un barco o un coche, mover las alas de un dragón para hacerlo girar en el aire y dar la vuelta completa en tu asiento o elegir el nivel de «caña» de un brazo mecánico que se movía para todos los lados.
Lo más llamativo del parque y que a los grandes fans de Lego les encantará es que toda la decoración y figuras están hechas con piezas de Lego, incluso tienen el Miniland, donde han reproducido a escala varias ciudades y escenarios: el aeropuerto de Munich, Frankfurt, Venecia, Berlín, el Castillo de Neuschwansntein…

Y como Lego a lo largo de los años ha ganado muchos seguidores y ha creado muchas alianzas con distintas sagas como Indiana Jones, Batman… pues aquí no podía faltar un espacio para los más frikis, la zona de Star Wars donde tuvimos un encuentro con Darth Vader y las fuerzas del lado Oscuro.
En muchos sitios recomiendan un par de días para recorrerlo, el parque no es demasiado grande y puede visitarse en 1 día, aunque por supuesto si le dedicas 2 días puedes ir más tranquilo y repetir en las atracciones más divertidas. En verano no olvidéis bañador y toalla, los más peques disfrutarán mucho de la zona de juegos con agua.
Me gustó mucho lo bien preparado que está el parque para ir con bebés. Todos los baños cuentan con cambiadores y lavabos más bajitos para los niños, los restaurantes tienen una zona de juegos con bloques de Duplo (los que son un poco más grandes para que los peques no se coman ninguna pieza) y ladrillos de goma para que los niños jueguen a construir mientras los mayores acaban de comer. Tienen además un establecimiento donde comprar potitos, con sala de lactancia y comedor para los chiquitines.
Si ya queréis que vuestra experiencia en el mundo de Lego sea completa, podéis alojaros en el Holiday Village, un enorme resort con un hotel en forma de castillo y cabañas temáticas, donde no falta la decoración de los bloques. En sus jardines hay muchas zonas de columpios, casetas de madera, pirámides para escalar y una zona de cuerdas y tirolinas que es toda una aventura.
Si queréis viajar a Legoland Alemania por vuestra cuenta podéis comenzar a organizar vuestro viaje desde aquí:
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Es una visita estrictamente obligatoria cuando vayamos a Alemania 🙂 Genial el report!!
Nosotros lo pasamos en grande, incluso los más peques, seguro que lo disfrutáis!