Una de las actividades más recomendables si viajas a Cantabria con niños, y quizás también si viajas sin ellos, es visitar la Cueva del Soplao. Se trata de una antigua mina en desuso que hoy está considerada una maravilla para la arqueología por sus extraordinarias formaciones en los 20 km de galerías que alberga. Nosotros la visitamos el año pasado y nos dejó asombrados, tanto a los peques como a los mayores.

Las Minas de la Florida se encuentran en la Sierra de Arnero, en el interior de Cantabria, se dedicaban a la extracción de blenda y galena, de donde obtenían zinc y plomo. Si hablas con la gente de la zona te contarán que sus padres o abuelos trabajaron las minas y es que durante mucho tiempo fue uno de los principales medios de vida junto con la ganadería. La Cueva del Soplao fue descubierta por estos mineros durante sus trabajos de perforación hace ya más de 100 años. Los mineros denominaban soplao al aire que llega al calar una galería desde otra con menos oxígeno, por eso esta singular cueva se quedó con este nombre. Tras el abandono de la actividad minera fue la espeleología quien descubrió el auténtico valor de la cueva y desde 2005 se acondicionó y abrió al turismo. Actualmente está considerada como lugar de interés geológico español de relevancia internacional.
La visita comienza como una aventura, subiendo al tren minero que te lleva al interior de la tierra, a una de las galerías. En el interior de la cueva hace frío, en verano se nota una buena diferencia con la temperatura en el exterior, no olvides coger algo de abrigo o manga larga. La cueva tiene unos 20 km de longitud, pero el recorrido principal son 2km por sus principales galerías. La visita es guiada, dura una hora y el recorrido es accesible 100% con sillas de ruedas, pero no dejan entrar carritos de paseo (te prestan portabebés).
Las formaciones de la cueva son una auténtica belleza: estalactitas, estalagmitas, columnas y coladas que el agua y los sedimentos han ido creando con el paso del tiempo. La cueva está muy bien iluminada para fijar nuestra atención en los detalles de las formaciones. Otras curiosas creaciones únicas en esta cueva son las excéntricas, en forma de estrella, como bengalas encendidas con hielo que cuelgan del techo de la cueva. Nuestros hijos creían estar en la peli de Frozen al ver estas formaciones. Algunas galerías tienen el fondo cubierto de agua, que refleja el techo de la cueva abovedado y da auténtica sensación de vértigo quedarte mirándolo.

Si la visita general os ha dejado con ganas de conocer más de la cueva, hay otros 2 tipos de experiencia: el Turismo de Aventura (a partir de 12 años) una visita de espeleología de 2.5h en la que se recorren zonas menos accesibles de la cueva con el equipamiento adecuado y la Visita Minera con una Vía Ferrata (a partir de 16 años), para experimentar la actividad minera en primera persona.
El complejo es muy cómodo para la visita, hay un amplio parking gratuito, tiene cafetería y tienda de souvenirs. Justo en frente del edificio de visita a la cueva se encuentra el Mirador del Soplao, desde aquí las vistas que hay sobre el valle son una auténtica locura.
Una excursión preciosa para toda la familia, y si queréis saber qué mas ver en Cantabria con niños, aquí os lo cuento.
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