Hace unos años conocí la isla de Formentera y desde aquel verano quedé enamorada de sus playas, que nada tienen que envidiar a las de Caribe, de hecho muchos anuncios se ruedan en esta isla simulando el Mar Caribe.
La Pitiusa pequeña es una isla tranquila, poco masificada gracias quizás a que sólo se llega en barco. Y aunque con mucho menos ajetreo que su hermana mayor, Ibiza, tiene un encanto muy especial. En mi opinión esta isla es uno de los secretos mejor guardados del Mediterráneo.
Ya que estábamos veraneando tan cerquita, en Ibiza, no perdimos la ocasión de subirnos a uno de los ferries de Baleària para hacer una excursión de un día a Formentera. Hay distintos ferries que realizan esta travesía, nosotros la hemos hecho varias veces con esta compañía y nos ha resultado muy cómodo. Además puedes embarcar tu coche para luego seguir moviéndote por la isla a tu antojo. En los meses de verano Baleària ofrece muchos horarios de ida y vuelta. El embarque se hace muy rápido, una media hora antes de salir, aunque te suelen indicar que estés con más antelación y el trayecto dura otra media hora. Casi ni te da tiempo a recorrer el barco con los peques, a ellos les encanta salir a la cubierta y ver la estela que va dejando el barco, ver cómo se aleja la tierra o mirar fijamente al mar buscando delfines… Y en cuanto te descuidas ya has llegado de nuevo a puerto.
En nuestra excursión quisimos aprovechar lo mejor de la isla, sus playas de agua cristalina y arena clarita. Nos recomendaban la playa Ses Illetes, pero habíamos leído que era la más masificada de la isla y como buscábamos un poco de tranquilidad decidimos probar con el otro lado de la gran lengua de arena de esta zona, la playa de Levante: ¡bingo!
https://www.instagram.com/p/6zn8NhqHy0/?taken-by=mipequenogulliver
Al entrar en el Parque Natural de las Salinas de (Ibiza y) Formentera pagas 6€ por coche y puedes dirigirte a la zona de playa que prefieras, hay varios parking, nosotros nos quedamos en el primero de la Playa de Levante, frente al restaurante Tanga, donde por cierto comimos requetebien, os recomiendo su fritura de pescado.
Este día había algo de olas, no sé si por la marea o propiciadas por los barcos que se encontraban mar adentro. Aún así el agua era completamente transparente y reflejaba los rayos del sol. No es que estuviésemos solos en la playa, pero sí teníamos mucho espacio para estar a nuestras anchas, algo que en pleno agosto hemos visto complicado en muchos otros sitios.
No tuvimos tiempo de visitar más la isla ni de ir a sus mercadillos, eso sí,de vuelta para coger el ferry no pudimos resistirnos a los puestecitos hippies del puerto. Y como nos gusta tanto esta isla hemos decidido que la próxima vez que visitemos las Baleares será aquí donde hagamos campo base en vacaciones.
Filtros
Categorías
Colaboraciones
Podéis comenzar a organizar vuestro viaje desde aquí:
Deja una respuesta