Costa Rica con niños: el volcán Arenal

En nuestras aventuras hace unos años por Costa Rica llegamos hasta la población de La Fortuna para visitar el Parque Nacional Arenal y su famoso volcán. Hay varios volcanes en el interior del país, el Arenal me atrevo a decir que es el más interesante porque siempre está activo y la mayoría de las noches despejadas se puede ver en la distancia y desde un mirador estratégico que conocen todos los lugareños un hilito de lava naranja saliendo desde su cráter que contrasta con las oscuridad. Si escucháis con atención podréis sentir cómo crujen las rocas que escupe el volcán. Un espectáculo natural impresionante que a los peques dejará con la boca abierta.

Esta es una zona que ofrece mucha aventura entre tanta naturaleza. El Parque Nacional del Volcán puede visitarse, hay establecido un sendero que va desde el bosque hasta las coladas de lava de 1992, donde acabas caminando entre roca negra que parece la mismísima luna. El volcán aún se queda a lo lejos,  no es posible acercarse más, pero sus vistas, así como las del gigantesco lago que hay a sus pies son espectaculares. En la zona de bosque es fácil encontrar animalillos, nosotros ya de vuelta en la carretera nos encontramos con esta familia de coatís.

Si a vuestros pequeños exploradores les gusta la película de Indiana Tadeo Jones, entonces tendréis que llevarles a hacer la ruta de los puentes colgantes que hay en medio de la selva. En la montaña  rodeados de vegetación se va cruzando de un lado a otro de la ladera por puentes colgantes realizados con cables de acero y otros pequeños puentes de madera. No os preocupéis que son muy seguros. El recorrido es muy bonito, con pequeñas cascadas a tu paso, flores de atrevidos colores, colibrís revoloteando entre los árboles y muchos insectos llamativos  y lagartijas fisgonas.

Con tanta caminata y el calor seguro que os apetece daros un baño fresquito, podéis acercaros a la catarata muy cerquita de La Fortuna. Desde lo alto de la montaña a 70 metros de altura, entre toda la vegetación cae un gran chorro que va a para a una poza donde la gente puede pegarse un bañito. La fuerza del agua de la catarata es tan grande que te empuja para atrás, hacia la orilla. Conviene que los niños sepan nadar, pues el agua se mueve bastante y que estén en todo momento atendidos.

Esta es una importante zona geotérmica y la localidad bien lo ha aprovechado creando termas al aire libre.  Las más famosas y con mejores vistas sobre el volcán son las del Tabacon Resort, son también las más caras. Nosotros visitamos las Baldi, que nos encantaron y el precio era más asequible. Hay distintas piscinas termales rodeadas de jardines tropicales, unos toboganes acuáticos un pelín kamikazes que seguro que a los niños más mayorcitos les fascinan y algunas de las piscinas tienen un bar en el centro, así mientras disfrutas del baño puedes tomarte un coctail o un refresco para los peques. Lo pagas todo con una pulserita que va asociada a tu tarjeta de crédito y cuya cuenta liquidas a la salida. Mientras nos bañábamos ya anocheciendo nos cayó una tremenda tormenta tropical. La sensación de la lluvia fresca en contraste con el agua caliente de las piscinas fue una experiencia de lo más gustosa. La visita a las termas es un plan perfecto para acabar un día de aventuras  relajados en las cálidas aguas. Vuestros peques dormirán esa noche como nunca.

En temporada baja es fácil encontrar alojamiento pues la Fortuna cuenta con una gran oferta, sin embargo a mí siempre me gusta reservar desde casa para no jugármela y ganar tiempo en el destino. Recomiendo, si queréis visitar Costa Rica a vuestro aire, alquilar un coche para moveros a vuestro antojo, mejor si es un 4×4 y no os olvidéis de reservar las sillitas de los niños.

La zona del volcán Arenal como veis es un destino muy apto para viajar con peques, especialmente a partir de 4 o 5 años. Si vais con bebés os recomiendo mochilas portabebés, pues los carritos son inviables en las caminatas por el bosque. Es un destino ideal para los aventureros y animal lovers, pues aquí todo es ¡Pura Vida!