Hace tiempo que los hoteles Barceló nos engancharon para nuestros viajes con peques con sus comodidades, grandes habitaciones, excelente comida… Y aunque esta vez no íbamos a uno de sus resorts de playa como cuando estuvimos en Cabo de Gata o en Punta Umbría, pudimos disfrutar de un buen hotel de ciudad, destinado al turismo urbano y de negocios, que sigue contando con muchas aptitudes para ajojarse con niños.
El Barceló Málaga se encuentra pegadito a la estación de tren María Zambrano y su centro comercial. Viene de perlas si llegas a la ciudad en tren. El centro de la ciudad y el puerto quedan a unos 20 minutos a pie. Nada más llegar a su recepción ya notas que es un hotel especial. Su mobiliario es todo de diseño, muy moderno, y ocupando la parte principal del hall hay un gigantesco tobogán o Estructura Deslizante para Humanos Atrevidos, como demonina el cartel de la primera planta, que es donde empieza el tobogán que llega hasta la planta baja. ¡Ya os imaginaréis la sensación que esta estructura causó en mis hijos! Los niños sólo querían bajar por el tobogán una y otra vez, Sam se iba directo al ascensor para subir a la primera planta y volver a tirarse. Y he de reconocer que yo disfruté deslizándome tanto como ellos. Lo bueno de ir con niños es que puedes repetir y pasar media mañana tirándote por un tobogán con los pequeños sin que nadie te mire raro. Si lo haces sin los niños la cosa ya cambia un poco y te pueden tachar de pirada.
Nos alojamos en la planta 8 del hotel, en una enorme suite. Teníamos un sofá cama para Indira aunque como la cama de la habitación era tan grande ella prefirió dormir con nosotros y había tanto espacio que yo ni me enteré de que había dormido con la niña atravesada en medio del catre. Para Sam nos pusieron una cuna, también hubiese cabido en la cama, pero se mueve tanto que habría acabado en el suelo. La bañera jacuzzi también era king size y tanto en ella como en la ducha cabíamos la familia al completo.
Los desayunos buffet son otras de las bondades de los Barceló que a mí me vuelven loca. Zumos de varias frutas, café, chocolate, leche, leche de soja, piezas de fruta, bollitos, distintos tipos de panes, cereales, yogurt, bacon, huevos, champiñón, queso, embutidos… y hasta champagne podías desayunar en la primera planta. Y luego bajar en el tobogán hasta la entrada para salir del hotel a visitar la ciudad.
Nos quedamos con ganas de probar el restaurante El Andén y su Barceló Gourmet Saludable, un nuevo concepto gastronómico que propone una cocina innovadora con un reducido aporte calórico. Suena bien ¿no? Aunque nosotros hacía mucho que no tapeábamos por Andalucía y no pudimos resistirnos. Además, el regreso al hotel por las noches era para acostar a los niños directamente, lo bueno es que la suite tiene 2 zonas bien separadas y mientras ellos dormían en una parte de la habitación, nosostros nos quedamos un ratito viendo la tele en la zona del sofá y descansando de un día de visitas por Málaga. ¡Se estaba de lujo!
Otro Barceló más que visitamos y nos hace todavía más fieles a esta cadena hotelera.
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