Barceló Cabo de Gata, un hotel ideal para familias

Hace tiempo que quería conocer Cabo de Gata, la última vez que estuve en Almería fue cuando yo tenía 9 años y entonces ya me quedó pendiente recorrer esta zona. Barceló hoteles nos dio la oportunidad de viajar a este punto del mapa al invitarnos el pasado fin de semana a su Hotel Barceló Cabo de Gata para conocer sus grandes aptitudes como resort familiar. Y efectivamente estuvimos tan a gustito que se nos pasó el fin de semana sin haber salido del hotel.

Un viaje Madrid – Almería un viernes por la tarde se le hace muy pesado a cualquiera, más aún si vas con 2 peques que se cansan de coche y comienzan a protestar. Este era el panorama cuando llegamos al Barceló Cabo de Gata. Pero no sé que especie de magia usan allí, que fue hacer check in y las caras de mis niños cambiaron por completo. Se empezaron a animar al llegar a la habitación, tan amplia, con vistas al mar y a toda la zona del jardín de palmeras con las piscinas. Indira cogió unas galletitas y un bote de gominolas que teníamos de bienvenida y se las escondió con mirada cómplice, sabía que eran para ella. Antes de salir a cenar nos tiramos un ratito en la cama para descansar 5 minutos del viaje, la cama era tan grande que podíamos haber dormido los 4, pero teníamos preparado el sofá cama, que resultó bastante cómodo y la cunita para Sam.

No soy muy forofa de los buffet (curiosamente sólo disfruto los buffet de desayuno), pero he de reconocer que el de este resort me enamoró. Había mucha variedad: ensaladas, pastas, arroces, barbacoa, pescados, carnes, purés, tartas, helados, fruta… También un cocinero para preparar tu plato de carne o pescado al momento y a tu gusto. Además el menú cambia de un día a otro, así que si te gusta un plato repite ese día porque al siguiente ya no lo encontrarás. El buffet cuenta con muchos platos pensados para los niños, a Indira le llené plato con un buen surtido para que fuese probando lo que le gustaba más pues no es muy comilona que digamos. Los desayunos, mi marido y yo los hicimos tipo brunch de todo lo que comimos: fruta, crispis, bollitos bañados en una fuente de chocolate, gofres, crepes, huevos revueltos con bacon, tostadas y alguna que otra delicia que pegase con el zumito y el café. Y todo esto a las 8 de la mañana porque aunque los nenes con la emoción no se acostasen hasta media noche, se siguen levantando a la misma hora que para ir a la guarde.

Lo mejor del Barceló Cabo de Gata lo descubrimos el sábado: sus increíbles piscinas y su animación, había juegos a todas horas tanto para niños como para adultos. El hotel cuenta con 4 piscinas en exterior más su spa, donde también pueden entrar los niños en un horario especial. También hay una zona de columpios y el Kids Club. A Indira nos costaba sacarla del agua, incluso hizo una amiguita en la pisci con la que estuvo jugando todo el fin de semana. Lo bueno de estas piscinas es que en dos de ellas entras al agua caminando y a medida que avanzas hacia el fondo va cubriendo más. Eso lo hace ideal para que los niños se queden jugando en la zona más bajita. De hecho había una piscina infantil redondita donde cubría por la rodilla y los peques apenas la hacían caso, preferían la grande. En las piscinas centrales sí que cubría más y por tanto estaba llena de chavales algo más mayores y adultos.

El equipo de animación hace un trabajo excelente. Por el día organizan actividades en torno a la piscina y los jardines, el sábado era el día pirata y una buena panda de chiquillos se fue en busca de un tesoro a la hora de la siesta mientras muchos padres descansaban en las habitaciones o a la sombrita en la tumbona. Para los mayores había pequeñas competiciones deportivas como ping pong, petanca y juegos de habilidad. Y por la noche mini disco, la actuación de un mago y hasta en un bingo participamos.

Nos hubiese gustado conocer los alrededores, nos habían recomendado varias playas de Cabo de Gata y la visita al mini Hollywood, pero sinceramente necesitábamos tanto un fin de semana de relajarnos y dejarnos mimar con el todo incluido, además nuestros peques se lo estaban pasando tan bien, que apenas salimos del resort y la única playa que nos acercamos a conocer fue la que está en frente del hotel. Así que tenemos un gran motivo para volver y la próxima vez durante más tiempo, pues si fuésemos otro fin de semana nos acabaría pasando lo mismo.

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